Desesperados: forman largas filas en casas de empeño

Forman largas filas para obtener algo de dinero; en el estado prestaron 40 mdp de marzo a mayo


Torreón.— Jorge Romero sale del Nacional Monte de Piedad, en Torreón, junto a su hija adolescente.

Pagó un refrendo por una computadora que empeñó hace unos días y por la que le prestaron 2 mil pesos, dinero que ha utilizado para comprar mandado.

Sale de la casa de empeño y se percata de la larga fila que en minutos se formó a las afueras: hombres, mujeres, ancianos, familias, todos acuden a empeñar o pagar un refrendo de algún bien.

Hace dos meses, a causa de la emergencia sanitaria y la crisis económica provocada por la llegada del coronavirus a México, Jorge se vio en la necesidad de cerrar su negocio, una dulcería donde empleaba a dos trabajadores. Pero con el cierre vino la falta de ingresos y la necesidad de empeñar.

“Ya no pude solventar [el sueldo] de los empleados ni los gastos de renta ni para estar surtiendo. No se estaba vendiendo nada”, recuerda Jorge, ya que con el cierre y la prohibición de eventos sociales, nadie quiso comprar dulces o materiales para una fiesta.

Jorge asegura que nunca había vivido una crisis como la actual: “Ya no se pudo... Fue muy drástico el bajón”, lamenta. Por eso se vio en la necesidad de empeñar por primera vez en su vida.

Rafael Gándara, subdirector de Operación Prendaria Norte del Nacional Monte de Piedad, menciona que en el periodo de la pandemia, que fue desde la última semana de marzo a finales de mayo, en Coahuila se registraron 12 mil operaciones de empeño (40 millones de pesos en préstamos), de las cuales alrededor de 10% eran nuevos clientes, como Jorge.

No obstante, Gándara asegura que todavía no se presenta un desborde o una nueva “cuesta de enero”, como se ha esperado debido a la crisis económica que se siente, pues las 12 mil operaciones representan apenas una tercera parte de las transacciones que tienen normalmente.

Jorge Romero, el microempresario que tuvo que cerrar su negocio, se lamenta porque asegura que la dulcería iba dejando frutos y comenta que la situación también fue complicada porque su familia “apenas se estaba haciendo de cosas”, pero en la crisis se vieron en la necesidad de empeñar para poder solventar los gastos de la casa.


El subdirector de Operación Prendaria Norte, Rafael Gándara, refiere que a últimas fechas están identificando que muchas de las personas que acuden a empeñar son micro o pequeños y medianos empresarios, que van para financiar proyectos o reactivar sus negocios.

“No es fácil irse tres meses a paro total sin ingresos. Cada vez tenemos más este nicho de mercado para contar con un financiamiento competitivo”, detalla el funcionario.

Gándara explica que ese nicho está buscando hacer del empeño la alternativa por tres razones principales: primero, porque es un trámite rápido, entonces el mismo día salen con la liquidez que requieren.

“Dejan alhajas o maquinaria. Llegan y dicen: ‘En tres meses no voy a trabajar, no ocupo esta máquina: la empeño y con eso pago a empleados o renta’. Dejan desde herramientas hasta artículos que usan en su vida personal”, dice.
El objetivo, financiarse

Para el funcionario del Monte de Piedad, la conciencia y el enfoque del empeño cada día pasa de ser una necesidad a un medio inteligente de financiamiento, pues considera que es mejor que endeudarse con una tarjeta o un préstamo bancario.

El titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) de la Secretaría de Hacienda, Santiago Nieto, aseguró la semana pasada a EL UNIVERSAL que, ante el aumento de personas que acuden a las casas de empeño, verificarán “que no haya prácticas de usura que puedan dañar los derechos” de las personas.

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