Llegaron las lluvias y con ello la temporada de luciérnagas en Nanacamilpa, Tlaxcala

En esta época del año, Nanacamilpa se viste de gala. No sólo por el verdor que se puede apreciar en sus bosques gracias al bondadoso Tláloc, sino porque también es en esta temporada cuando hacen su aparición unas distinguidas y elegantes anfitrionas… Las hadas de los bosques mágicos, las luciérnagas de Nanacamilpa.

Piedra Canteada

El Santuario de Piedra Canteada es también un eco hotel que cuenta con 17 cómodas cabañas, área para acampar, y servicio de restaurante para huéspedes y visitantes. Como podrás imaginarte sus áreas verdes son enormes y ahí los niños pueden correr a sus anchas, surcar los aires en tirolesa y si llevan bicis de montaña podrán rodar por sus senderos. Los amantes del senderismo encontrarán el refugio ideal rodeados de coníferas.

Un estanque con truchas arcoiris nos asegura que comeremos muy bien, aunque también hay otras delicias como carne asada con chilaquiles y sabrosos tlacoyos. 

A los santuarios hay que ingresar antes de las 6 de la tarde, así que una vez adentro sólo es cuestión de esperar a que caiga la noche para presenciar el gran espectáculo. 

Pequeñas aves y ardillas fueron saliendo a nuestro paso y de repente, sin más, una luciérnaga pasó frente a nosotros, sí, a plena luz del día. La seguimos hasta que se posó en un árbol y ahí le tomamos unas cuantas fotos. Definitivamente son más hermosas de noche y cuando despiden luz. ¡Que emoción, ya faltaba menos para verlas!

Como si se tratara de un hechizo muy al estilo Harry Potter, así es el nombre de la luciérnaga de los bosques de Tlaxcala… ¡MACROLAMPIS PALACIOSI! ¿Suena mágico, no? Algunos dicen que esta especie es endémica, otros tantos cuentan que turistas holandeses les han asegurado que así son las luciérnagas allá. A nosotros nos gusta creer que son exclusivas de nuestro país, pero sea como fuere el chiste es que estas pequeñas hadas son muy especiales para Tlaxcala pues todos los años a finales de junio, todo julio y principios de agosto le dan vida y color a los bosques de Nanacamilpa. ¡Así de sencillo!

Las luciérnagas se comunican unas con otras por medio de destellos, pero ¿cómo lo logran? Bueno, pues posen una encima y una proteína (luciferina y luciferasa) que al entrar en contacto con el oxígeno provocan el efecto de luminiscencia. Osea que cada vez que respiran se produce una reacción química que produce la luz. Aquel macho que sea capaz de producir más luz es el que será elegido por las hembras para llevar a cabo el apareamiento.

En las entrañas del bosque

El reloj marcaba las 8.30 pm y la emoción estaba a flor de piel. Cuando una de nuestras guías dio la orden de que nos reuniéramos, los niños dieron un grito de júbilo que de seguro despertó a todas las luciérnagas. Kimberly, la joven guía en cuestión, nos dio la explicación de las reglas y las normas de seguridad.

Éstas fueron las más importantes:

  • Por ningún motivo tocar a las luciérnagas
  • No tomar fotografías
  • No usar linternas
  • Guardar silencio
  • No salirse de los senderos


La mayoría quedó shockeado con la número 2, pero reglas son reglas y hay que seguirlas. Y además la oscuridad es tal que es mejor ni intentarlo, más adelante les explicaremos el por qué de esta prohibición. Una vez que conocíamos las reglas era momento de decidir si hacíamos el recorrido a las entrañas del bosque o nos quedábamos cerca del hotel. En base a nuestra experiencia, decidimos lo segundo, no porque no lo recomendemos, al contrario si es tu primera vez no debes dejar de hacerlo. Caminar por el bosque en total oscuridad y silencio es una experiencia que no te debes perder. La negrura del bosque es tal que a veces te juega malas pasadas, los resbalones están a la orden del día, escuchas todo tipo de ruidos y hasta te imaginas cosas, pero ese es el chiste, dejar volar la imaginación. Al final todo esto pasa a segundo término cuando las luciérnagas hacen su aparición. Poco a poco todos los grupos se fueron adentrando al bosque por diferentes senderos y fueron desapareciendo. Fuimos pocos los que nos quedamos en las cercanías del hotel, en su mayoría los que llevábamos niños. A pesar de no estar tan nublado, en el cielo se empezaron a dejar ver algunos rayos señal de que una fuerte tormenta se avecinaba. Eran ya las nueve de la noche y por entre las nubes todavía se colaban algunos rayos de luna y como por arte de magia poco a poco empezaron a a aparecer las hadas de Nanacamilpa. Los ojos de Isa y Santi lo decían todo… ¡Asombro sin igual! Y cómo no estarlo si de por si ver un par de luciérnagas es algo muy hermoso, ahora imagínate ver miles de ellas. El tiempo transcurría y conforme fue pasando aparecieron más de estas aladas criaturas y como si fuera una sinfonía se empezaron a coordinar para destellar casi al mismo tiempo.

No permitas que tus hijos se lleven una luciérnaga de recuerdo, ellas pertenecen al bosque y ahí se deben quedar

¡No lo podíamos creer! Si tuviéramos que resumir esta experiencia podríamos decir que mucho se trata de lo que tus ojos pueden ver, millones de destellos te dejan con el ojo cuadrado, pero no es sólo eso sino también lo que sientes. ¡Se te encuera el chino! La sensación es algo sin igual e inexplicable, tienes que vivirlo en persona. Sin darnos cuenta muy pronto nos vimos rodeados de hadas y sin quererlo éstas se fueron posando sobre nosotros… ¡Un sueño hecho realidad! Te vienen muchas cosas a la mente y te pones a pensar en lo grandiosa que es la madre naturaleza y la importancia de cuidar nuestro planeta. Sin embargo nada es eterno, unas frías gotas de agua cayeron sobre nosotros y nos hicieron recobrar conciencia de donde estábamos. La lluvia comenzó y con ella terminó la magia… Las hadas desaparecieron en la inmensidad del bosque. Ni tardos ni perezosos nos fuimos a refugiar al restaurante quedando a la espera de que regresaran los demás grupos para echarnos un rico café y los niños un champurrado acompañado de un pan dulce, mientras continuábamos reviviendo la mágica experiencia.

Publicar un comentario

Artículo Anterior Artículo Siguiente