Por Álvaro Torres
En Apizaco los panistas están desesperados. Después de que el Informe Ciudadano destapó más de 50 millones de pesos desviados durante su última administración panists, los protagonistas del desastre azul se quedaron sin argumentos… y ahora, solo les quedan las patadas de ahogado.
El golpe fue duro y documentado: recursos públicos que jamás llegaron a las arcas municipales, obras que se inflaron con facturas fantasmas y servicios que se abandonaron mientras el dinero desaparecía.
El caso más escandaloso es el de Carlos Hernández, quien siendo director de CAPAMA, dejó sin registrar más de 20 millones de pesos. Hoy, como si nada, intenta reinventarse como candidato, fingiendo que el pasado no existe y que los ciudadanos tienen mala memoria.
Pero la gente de Apizaco sí recuerda. Recuerda las calles rotas, los servicios colapsados y el descaro con que se manejó el dinero del pueblo.
A su lado, la diputada Miriam Martínez se suma a la coreografía del oportunismo, tratando de engañar a ña gente tapando un pare de bache tratando de tapar el sol con un dedo, ellos tuvieron la oportunidad de gobernar, y lo hicieron mal. Las obras inconclusas, los servicios deficientes y la falta de transparencia siguen hablando más fuerte que cualquier rueda de prensa o video en redes sociales.