Promesas energéticas de AMLO van a contrarreloj; enfrentan retrasos y se alejan de la meta

 El gobierno mexicano destinó cerca de 150.000 millones de dólares a megaproyectos de energía en tres años.

La pandemia obligó a Pemex recortar 100.000 barriles diarios durante mayo y junio del año pasado.


El tiempo se termina. Al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, le quedan menos de tres años para lograr la soberanía energética que prometió desde la campaña presidencial y que ha sostenido durante su administración. Hasta ahora, las metas propuestas no alcanzan la mitad de las estimaciones iniciales.

Como mandatario electo, el político repitió que bajo su gestión, el gobierno rescataría a Petróleos Mexicanos (Pemex) para aumentar la producción de petróleo, recuperar la capacidad total para refinar crudo y construir en un periodo de tres años una nueva refinería en Dos Bocas, Tabasco, para reducir los precios de los petrolíferos.

El gobierno destinó aproximadamente 150,000 millones de dólares al presupuesto de las dos gigantes estatales desde el inicio del sexenio, según datos recopilados por Bloomberg Línea. Pese a la inversión, que supera lo enviado a otros rubros que cobraron importancia a raíz de la crisis económica y sanitaria por la pandemia, las metas se estancan.

La producción

El presidente prometió que el país produciría 2.4 millones de barriles diarios de crudo hacia 2024, pero incluso antes de la emergencia sanitaria, la compañía mexicana incumplió sus propios pronósticos y se enfocó en frenar la caída y estabilizar la producción mediante el desarrollo de 20 campos prioritarios.

La pandemia obligó a la petrolera mexicana a recortar 100.000 barriles diarios durante mayo y junio del año pasado, como parte de un complejo acuerdo con la OPEP+.

Luego de dos años consecutivos de fracasos en las metas, López Obrador anunció el 18 de marzo de 2021 que México solo extraerá un máximo de dos millones de barriles diarios de crudo durante su sexenio con el objetivo de reducir las exportaciones y aumentar la refinación nacional de petróleo, además de evitar el “uso excesivo” de combustibles fósiles y no afectar “la herencia de futuras generaciones”.

La refinación

El 1 de diciembre de 2018, durante su discurso de toma de posesión en el Congreso de la Unión, el presidente reforzó la promesa de campaña. “Hago el compromiso responsable que pronto, muy pronto, cuando terminemos la refinería que vamos a construir en México y se rehabiliten seis refinerías, va a bajar el precio de la gasolina y de todos los combustibles”.

Pero para lograr un control de precios, el gobierno tendría que prescindir por completo de la importación de combustibles, los cuales están sujetos a referencias de mercado —como el precio del crudo y de futuros de gasolina RBOB—, además de que la Sener estima que incluso con la nueva refinería, la demanda de combustibles superará la producción nacional hacia 2032.

Qué falta: A pesar de las multimillonarias inversiones para rehabilitar las refinerías, estas son insuficientes. La falta de equipo y el exceso de residuos petroleros con almacenamiento insuficiente impiden aumentar la refinación de crudo en las instalaciones.

El CEO de Pemex anunció el 12 de mayo una inversión por 2,600 millones de dólares para una coquizadora en la refinería de Tula, la cual permitirá reducir el combustible sucio y aumentar la producción de gasolina y diésel, aunque el proyecto tardará tres años en completarse.

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