Es un fenómeno en crecimiento y que hoy está en riesgo de conflicto por el desacuerdo entre los diferentes grupos de comerciantes de ese sector
Alfredo González
Una latente bomba de tiempo recibirá la próxima administración municipal de Chiautempan en materia de comercio ambulante y semifijo, debido a que son más de 300 los vendedores que tienen en ese nicho su sustento diario en las calles céntricas de la ciudad lanera y que ha crecido en las últimas fechas.
Aunado a ello, se ha puesto en evidencia un antagonismo entre grupos del ambulantaje, los que vienen trabajando desde hace algunos años de la mano de líderes tradicionales, y los que relativamente obtuvieron de manera reciente permisos, que podría derivar en un conflicto.
En recientes días, personal de la Oficina de Industria y Comercio del Ayuntamiento, ha observado que vendedores del mismo giro, como tamales por citar un ejemplo, se amontonan en una sola esquina que antes solo ocupaba uno, pero ahora se “encima” otro triciclo en una especie de provocación.
También el “agandalle” de lugares está a la orden del día, al grado que hay quienes apartan con estructura removibles esquinas y otros espacios en las aceras que ahora incluso dificulta a los peatones circular libremente.
Y han sido las propias autoridades municipales que están por salir, las que han fomentado el aumento indiscriminado del ambulantaje y permitido que familiares de líderes actúen impunemente tomando más lugares de los que les corresponden, por lo que los recién llegados no tienen reparo en trabajar en el mismo sentido.
Así, a días de que asuma la responsabilidad de administrar los recursos de los chiautempenses el Ayuntamiento que dirigirá Gustavo Jiménez Romero, se encontrará con una problemática que al paso de los años no se ha podido resolver y solo se incrementa, a menos que como se presume, ya haya un acuerdo previo con la nueva autoridad.