Bailarinas y "stripers" se van a las calles ante crisis

Trabajadores de centros nocturnos, bares y de ese giro han buscado la forma de sobrevivir; muchos fueron despedidos y otros ahora se dedican al sexoservicio


Sin dinero
A decir del personal de centros nocturnos, bares y espectáculos nudistas, la mayoría de los negocios no podrá reabrir, ya que —después de 11 meses de permanecer cerrados— se encuentran en quiebra y descapitalizados.
“En muchos casos, el personal fue liquidado con las mesas, sillas, bocinas y demás equipos que tenían los propietarios, ya que la pandemia nos tomó por asalto”, comentó Ricardo Méndez Bracamontes, quien tenía uno de esos sitios y quien —tras haber resistido ocho meses cerrado— decidió rematar las pocas pertenencias que tenía para, con ello, poder apoyar a sus exempleados.
Como en el caso de Ricardo, otros 45 negocios de ese giro no aguantaron el cierre por el Covid y comenzaron a desmantelarse o ven lejos su reapertura.
Algunos de esos centros nocturnos ya están a “remate”, debido a que sus propietarios piensan que el Covid-19 seguirá un buen tiempo y por el tipo de servicios que ofrecen, no podrán reabrir en breve. La mayoría ya asimiló la idea de cambiar de giro o rubro, pues los centros nocturnos ya no son una opción para generar buen dinero, como antes.

“Aunque pasara la pandemia, esto ya sentó precedente y estos negocios estarán más que vigilados y acotados”, comenta uno de los empleados.
La mayoría de esos negocios tenía buenas ganancias, según su operación diaria, pero la prolongada inactividad los dejó en la quiebra. Al parecer, relatan exempleados de esos negocios, los dueños ya no tienen recursos para reabrir sus puertas.
“Echar a andar los establecimientos requiere inversiones de pintura y mantenimiento; nada de eso se ha hecho, está muy difícil reabrir”, explican.
Bailarinas, a las calles.
Debido al cierre de los centros nocturnos y de espectáculos nudistas, la mayoría de las bailarinas, meseras y hasta stripers que bailaban y ofrecían sus servicios en esos sitios acabaron por diseminarse en las calles de Mérida o en las puertas de hoteles para ofrecer
servicios sexuales .

Por el cierre de centros nocturnos a causa de la pandemia, la prostitución ha aumentado por la falta de opciones de trabajo.
Otras más, vía internet y redes sociales se publicitan, puesto que después del cierre de los centros de espectáculo no han encontrado otro empleo.
“Todo está para abajo”, comenta una de ellas en entrevista con EL UNIVERSAL , quien explica que antes ganaban entre 800 y mil 500 pesos diarios; sin embargo, ahora apenas y logra sacar de 150 a 350 pesos al día.
Claudia, una mujer que bailaba a diario en un conocido cabaret nudista ubicado en la carretera Mérida-Cancún, relata que desde hace 12 años vive en la capital del estado, puesto que emigró de su natal Tabasco debido a una complicada situación que enfrentó con sus padres.

La joven asegura que era una de las bailarinas de “más jale” en el Night Club y confiesa que, a veces, por tomarse una copa con los clientes y hacer su baile de la noche ganaba de 3 mil a 4 mil pesos casi diario.
Claudia asegura que ahora lava ropa ajena en un vecindario de la zona oriente “y por las noches damos un rol [vuelta] a ver qué sale”, afirma en alusión a sus servicios como sexoservidora.
“No quería llegar a esto, pero la situación está muy difícil; hasta para buscar clientes la gente no sale y, si sale, no tiene dinero”, explica Claudia.

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