¿Alguna vez te has molestado con una mujer por ser feminista? ¿Sabes si quiera qué significa el feminismo?
| Sé que no será fácil abrir los ojos al vivir en una sociedad machista que es constantemente bombardeada por ideas sexistas. Ilustración: Allan G. Ramírez |
El feminismo no es una idea de superioridad de género, sino la creencia de que tanto hombres como mujeres deberíamos tener los mismos derechos y oportunidades.
Busca la igualdad de los géneros, no la superioridad de uno. Si de antónimos del machismo habláramos, entonces sería correcto usar la palabra hembrismo.
Cuando una mujer desea adquirir los derechos que le corresponden por ser simplemente humana, no busca que el hombre deje de tenerlos. Busca vivir en un mundo justo, que la juzgue por su interior y no por su exterior. Que vea más allá de su físico, que vea una gran alma trabajadora, inteligente, persistente, capaz de amar, de pedir perdón y de perdonar.
Un mundo que simplemente dé a cada quien lo que le corresponde.
Como mujer no quiero que me regales privilegios, importancia o fortaleza. Quiero que abras tus ojos y me veas como una persona entre tanta gente y no como gente entre personas. No sólo te pido apoyo para adquirir mis derechos, sino para adquirir posibilidades.
Al mencionar esto, no te pido que me compartas de las tuyas. Simplemente que no las uses en mi contra. No te aproveches de poder conseguir mejor puesto sólo por ser del género masculino. No pretendas cobrar más haciendo el mismo trabajo que yo por ser hombre. Apóyame para poder moverme con seguridad en la calle. Apóyame en la decisión de poder formar una familia sin dejar de lado mis metas profesionales.
Las mujeres no buscamos despreciar al género opuesto. Simplemente buscamos deshacernos de la cadena que llevamos alrededor desde el día en que fuimos juzgadas por nuestra apariencia. Te pido que veas más allá de nuestra complexión física. Así como tú mereces ser juzgado por algo más que tu estatura, tu fuerza y tu destreza en los deportes.
No pido que dejes de ser educado con nosotras, así como nosotras no lo dejaremos de ser contigo. Sólo pido que pienses mejor la próxima vez que uses la palabra “nena” como sinónimo de debilidad, la próxima vez que molestes a tu amigo porque “le ganó una mujer”. La próxima vez que pienses que estudiamos una carrera “mientras nos casamos”. La próxima vez que te avergüences por llorar como “una niña”.
Si verdaderamente eres un hombre seguro de ti mismo, ¿por qué temes que una mujer trabaje en tu campo, ascienda de puesto y gane méritos que le corresponden? Si verdaderamente confías en ti mismo sabrías que no serás vulnerable ni valdrás menos si otra persona te alcanza o supera. Todos somos humanos con sentimientos, habilidades y debilidades. Fuimos hechos para complementarnos los unos a los otros, no para discriminarnos y manipularnos.
Sé que no será fácil abrir los ojos al vivir en una sociedad machista que es constantemente bombardeada por ideas sexistas. Una sociedad que ha enseñado a los niños chiquitos que cada niña necesita un príncipe azul porque ellas son débiles y ellos fuertes. Una sociedad que enseña a las niñas que su apariencia física es más importante que su potencial. Una sociedad que aplaude y premia la música misógina.
No obstante, hoy, en el Día Internacional de la Mujer, te invito a que reflexiones la próxima vez que pienses algo antifeminista. Porque al principio serán simples pensamientos, pero seguramente después se convertirán en comentarios, más tarde serán parte de tus acciones, y luego serán los principios que rijan tu vida. Entonces no sólo serás machista o hembrista, sino que estarás contribuyendo a la pérdida de los Derechos Humanos, del respeto y de la unidad. Estarás contribuyendo a que tus hijos, tus hermanas, tus sobrinos y las niñas que ves jugando en los parques vivan el día de mañana en un mundo aún más injusto, mediocre e inmoral. Un mundo que les succionará el potencial verdadero y los obligará a vivir con una máscara para poder cumplir los estándares de la sociedad.
Yo sé que, tanto a ti como a mí, nos gustaría vivir en un mundo donde los ojos de cada persona vuelvan a ver almas y seres humanos y dejen de percibir simples apariencias físicas. El cambio empieza en uno mismo, pero se logra estando unidos.
Luchemos juntos por un mejor futuro.
Atentamente: cada mujer que se ha cruzado en tu vida.
Por MARÍA CRISTINA OLIVARES MIERES